Conocemos de Adrian su trayectoria como pintor de grandes lienzos cargados de materia, que nos hacen pensar que allí se juegan todas sus certezas en relación arte. Por suerte, nos equivocaríamos de rumbo y ese equívoco es lo que presentamos para esta edición de arteBA ’12. En sus dibujos encontramos el costado más vulnerable de Lirman, los cuales permanecián prácticamente inéditos. “Vulnerabilidad” es tener corage para vivir con la imperfección, con la inseguridad que provoca dejar ir la imagen que otros proyectan de uno mismo. Para lograrlo es necesario proponer una búsqueda auténtica. En los dibujos de Adrian se observa la posibilidad de tenerlo todo con muy poco. Con trazos sueltos, como la mano liberada, se construyen escenas, gestos, expresiones. No se trata de economía de recursos o de buscar la esencia de lo representado, sino de una confianza menos puesta en la mirada que en la mano. Confiar en dibujar sin mirar. Lo logra a partir de ejercicios autoimpuestos con el objetivo de confundir cualquier convicción previa: dibujar con la mano izquierda, dibujar con una sola línea sin levantarla de la hoja, dibujar una escena apenas mirándola de reojo. Golpes de pincel, como el lado B de una práctica pictórica cargada, empastada y de tonos bajos: la obra que conocemos de él. ¿y qué es lo que finalmente vemos? Vemos imágenes ligeras, livianas. Percibimos una fuerte empatía –el propio dibujo- entre el dibujante y lo dibujado. No hay mediaciones, sólo empates. No media la idea de una buena composición, o un buen croquis, etc, sino simplemente la confianza en que aquello que acontece será evocado en el papel. Así, reconocemos la importancia de trabajar desde lo incierto para dar lugar a lo que aparece.
TRAC / Taller de Reflexión en Arte Contemporáneo 